La mayoría de ciclistas profesionales (y aficionados) de carretera y montaña lucen unas piernas que, aparte de mostrar la correspondiente y tan característica marca de bronceado, presentan una piel completamente libre de pelo. La teoría popular nos dice que, sin pelo, el rendimiento aerodinámico sobre la bicicleta mejora. También hay otras ventajas, como evitar que los pelos se enganchen con la ropa y/o partes de la bicicleta o que las heridas sufridas en una caída sean más fáciles de desinfectar, aunque el motivo principal de las piernas depiladas en el ciclismo no es otro que el de conseguir un mejor tiempo en largas distancias.
Pero, ¿realmente supone una diferencia evidente rodar con las piernas depiladas? Hasta ahora, muchos ciclistas afirmaban que era posible ganar hasta cinco segundos de tiempo en recorridos de unos 40 kilómetros, mientras que otros aseguraban que la diferencia de tiempo era demasiado insignificante como para ser apreciable, y que la depilación se ha convertido más en una moda o un capricho estético que en una ventaja real para los ciclistas.
Los chicos de Specialized han realizado una interesante prueba en su famoso túnel de viento con el objetivo de determinar si unas piernas depiladas suponen algún tipo de ventaja en un ciclista, aparte de una mejor estética o prevención de heridas infectadas. El resultado de dicho experimento, con seis ciclistas rodando sin pelos en las piernas, arroja que la depilación ahorra una media de 70 segundos en 40 kilómetros de recorrido. Lógicamente, el resultado final varía ligeramente en función de la cantidad de pelo de cada ciclista, pero el túnel de viento NO engaña: hay una mejora significativa de velocidad cuando no se tienen pelos en las piernas.
