Poniendo punto y final a la interesante serie de vídeos sobre la historia de Orbea, el cuarto y último capítulo nos muestra la importancia de mantener las raíces de una marca bien asentadas. El País Vasco, encajado entre los Pirineos y el mar Cantábrico, atravesado por montes verdes y apuntalado por estrechos valles, marcó el trabajo y la forma de vida de los vascos, partiendo desde la artesanía hasta desembocar en la producción industrial. Orbea ha mantenido los pies en la tierra que la vio nacer, Euskadi, y en el lugar en el que la bicicleta nació y creció, Europa, hasta convertirse en lo que es hoy: una de las mejores marcas de bicicletas de todas cuantas podemos encontrar.
