El 28 de Octubre de 2012, tres jóvenes ciclistas de entre 16 y 17 años circulaban con sus bicicletas por una carretera rural de la ciudad canadiense de Innisfil, en Ontario, cuando un SUV se los llevó por delante terminando con la vida de uno de ellos. Sharlene Simon, la mujer de 42 años que conducía el vehículo, se dirigía a su casa junto a su marido Jules Simon, un oficial de la policía regional de York, después de haber tomado 'una copa' en un bar, según el informe policial declarado tras el accidente.
Brandon Majewski, el chico de 17 años fallecido en el accidente, pasó sus últimos minutos de vida tendido en la carretera, sujetando la mano de una desconocida maestra de escuela que en esos momentos también circulaba por el lugar de los hechos y que acudió a asistirlo tras ver el brutal accidente. Los dos amigos del fallecido, ambos de 16 años, tuvieron más suerte y pudieron vivir para contarlo, a pesar de haber vivido una experiencia que, muy probablemente, marcará sus vidas para siempre.
Hasta aquí todo podría haber quedado en un trágico accidente de esos que se cobran vidas de ciclistas en la carretera, ya sea por una negligencia del conductor en cuestión, de los ciclistas, o de simple mala suerte. El problema radica en que el matrimonio Simons, los ocupantes del vehículo que arrolló a los tres jóvenes ciclistas, han demandado a sus familias (incluida la del chico fallecido) acusándolos de imprudencia y reclamándoles nada menos que 1.350.000 dólares canadienses en concepto de daños por 'trauma emocional'.
Según el informe policial, los chicos no presentaban restos de drogas ni de alcohol en sangre ni tampoco circulaban de forma temeraria. Simplemente se dirigían con sus bicicletas hacia un puesto de perritos calientes de la zona para satisfacer su apetito cuando fueron arrollados por un vehículo en un tramo recto de carretera que ofrecía una enorme visibilidad. De forma misteriosa, el matrimonio implicado fue autorizado por la policía a abandonar la escena tras el accidente, algo que sin duda tuvo mucho que ver con el oficio desempeñado por el marido de la supuesta 'asesina' al volante.
Ahora, las familias de los tres chicos se enfrentan a una demanda por daños psicológicos presentada por el matrimonio Simons que, no contento con acabar con la vida de un chico de sólo 17 años, parece querer sacar una buena indemnización por ello. "En toda mi carrera nunca he oído hablar de alguien que quiera demandar a un niño muerto que ellos mismos han matado. Es horrible.", explica Brian Cameron, el abogado de la familia del chico fallecido. Este vergonzoso caso ya está en trámites legales, con vista de juicio prevista para Agosto de 2015.
En Sun News | Woman who struck boys with SUV, killing one, sues families for 'emotional trauma'
