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Los peligros de mantenerse bajo el sol en el ciclismo de montaña

En el ciclismo de montaña es muy frecuente pasar largas jornadas en bicicleta bajo el sol, y también es frecuente ver a ciclistas con marcas...

En el ciclismo de montaña es muy frecuente pasar largas jornadas en bicicleta bajo el sol, y también es frecuente ver a ciclistas con marcas muy claras de la exposición solar a la que se someten en la cara, brazos y piernas. Realizar largas rutas bajo el sol puede tener un impacto mucho más grave sobre nuestra piel del que imaginamos, y es muy recomendable tratar nuestra piel con el respeto que se merece cuando se trata de protegerla del daño solar.

Los peligros de mantenerse bajo el sol en el ciclismo de montaña

Según la Asociación Española contra el Cáncer (aecc), actualmente se diagnostican unos 160.000 nuevos casos al año de cáncer de piel en el mundo, con una mayor incidencia en mujeres (79.000 casos para hombres y 81.000 para mujeres). En España, se diagnostican unos 3.200 casos anuales y como en el resto de Europa, es un tumor más frecuente entre las mujeres (2,7% de los cánceres femeninos) que entre los hombres (1,5% de los cánceres masculinos), aunque con más tasa de mortalidad en hombres debido a una detección del cáncer más tardía.

La incidencia de nuevos casos de cáncer de piel en nuestro país se puede considerar alta: 5,3 nuevos casos por cada 100.000 habitantes al año en hombres y 5,5 nuevos casos en mujeres. Especialmente desde los años 90, se registra un ascenso muy importante del número de casos de cáncer de piel, la mayoría diagnosticados entre los 40 y los 70 años de edad y localizados en países desarrollados.

Los peligros de la exposición prolongada al sol

Es sabido que la práctica de ejercicio de forma regular reduce el riesgo de enfrentarnos con los más conocidos asesinos de la sociedad actual: ataques al corazón, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, obesidad y otros más. Pero existe un asesino adicional que acecha a los deportistas frecuentes que practican ejercicio varias horas a la semana al aire libre; el cáncer de piel.

El principal responsable del cáncer de piel o melanoma es la radiación ultravioleta, fundamentalmente por exposición inadecuada al sol o a otras fuentes artificiales, como las lámparas bronceadoras de rayos UV. Las radiaciones ultravioletas actúan sobre la piel predisponiendo la aparición de tumores cutáneos.

Un estudio realizado por el Dr. Ian Coulson de la British Skin Foundation realizado a seis ciclistas en el año 2000 concluyó que, durante un evento de ciclismo de 8 etapas, el nivel de exposición a los dañinos rayos ultravioleta del sol fue superior en más de 30 veces a los límites recomendados internacionalmente.

Protégete de los rayos ultravioleta

El color de la piel es muy importante para determinar el riesgo de padecer cáncer de piel. Por ejemplo, el riesgo de aparición de melanoma es 20 veces mayor en personas de raza blanca que en las de raza negra. Dentro de la raza blanca, el riesgo varía en función del fototipo de piel.

El fototipo de cada persona depende de la capacidad de broncearse, del color de la piel, cabellos y ojos. Las personas con mayor propensión a quemaduras solares, que casi nunca se broncean con el sol, tienen un fototipo bajo y más riesgo de padecer cáncer de piel.

La mejor manera de prevenir el cáncer de piel es evitando largas exposiciones a los rayos solares ultravioletas. Ésto es posible si realizamos nuestros entrenamientos con la bicicleta antes de las 10:00 de la mañana o después de las 16:00 de la tarde, ya que entre esas horas los rayos solares UV tienen más intensidad.

Otra forma de protegerse es elegir ropa adecuada, con características de protección de los rayos UV. La mayoría de fabricantes de equipamiento para ciclistas disponen de ropa adecuada con protección para los rayos ultravioletas del sol.

Y por último, hay que proteger la piel expuesta al sol. En la medicina actual, existe algo de debate acerca de si los bloqueadores solares son realmente efectivos para prevenir el cáncer de piel. En cualquier caso, es muy recomendable aplicar una generosa capa de protector solar con un factor de FPS 30 o superior si vamos a entrenar con la bicicleta expuestos a los rayos UV. No debemos olvidar proteger zonas como la cara, el cuello, las orejas, las rodillas y los codos, así como las calvas (si tenemos) que son también vulnerables a los rayos UV a través de la ventilación del casco. Por supuesto, unas gafas con protección UV también son indispensables para proteger nuestros ojos de los rayos solares.

Recordar que es mejor prevenir que curar, y que en el ciclismo de montaña los rayos ultravioleta pueden hacernos mucho más daño de lo que imaginamos.

Imágenes | BikeRadar

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