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Las normas básicas de comportamiento en una salida ciclista en grupo

Salir a rodar en bicicleta es más divertido cuando se hace en grupo: un resumen con las normas básicas de comportamiento para grupetas.

Salir a rodar en bicicleta es una actividad que puede realizarse en solitario, aunque lo más recomendable y divertido es siempre salir en grupo. No obstante, las salidas en grupeta, ya sea por el monte o sobre asfalto, requieren de ciertas normas que todos los ciclistas deben conocer y acatar por el bien común del resto de compañeros. En un grupo de ciclistas, cada integrante cumple con un rol en función de sus habilidades, carisma o forma de ser, siendo las normas básicas de convivencia entre ciclistas las encargadas de limitar las diferencias (físicas y mentales) de todos los miembros del grupo.

Las normas básicas de comportamiento en una salida ciclista en grupo

Normas de comportamiento en una salida ciclista en grupo

Todo ciclista acostumbrado a salir acompañado sabe muy bien que dentro de cada grupeta siempre hay cierta persona que tarda un poco más que los demás, o cierta otra que no tiene paciencia alguna y rueda delante marcando un ritmo infernal. Además de lentos y rápidos, también es probable encontrar dentro del grupo a ciclistas de hábitos bastante discutibles, como la persona que escupe de forma continua o la que tira desperdicios en cualquier momento y lugar. ¿Cómo lidiar con los hábitos de los compañeros de ruta? ¿Cómo mantener la armonía dentro de un grupo de personas muy diferentes entre sí? Con ciertas normas básicas que todo ciclista debe cumplir por el bien de sus compañeros de ruta:

  • 1. Esperar al más lento: En cualquier salida ciclista siempre hay alguien que por los motivos que sea (nivel físico, pájara, lesión, resfriado o cansancio), acaba más rezagado que el resto de compañeros. No hay que rodar a su ritmo, pero no está de más esperarlo en distintos puntos de la ruta para que se reagrupe con el resto de compañeros. Además, no debemos olvidar que cuando el más rezagado consigue reagruparse, el resto de ciclistas ya están algo más descansados mientras que el recién llegado trae la lengua fuera. Unos minutos más de descanso nunca hacen daño a nadie.
  • 2. Avisar al resto del grupo: Cuando rodamos sobre una bicicleta, más si lo hacemos en grupo, cualquier obstáculo en el camino puede convertirse en una trampa de proporciones bíblicas. Avisar a nuestros compañeros mediante un sencillo gesto con la mano o de viva voz acerca de la presencia de algún obstáculo detectado es norma obligada para evitar accidentes.
  • 3. Escupir con prudencia: Aunque suena bastante mal, lo cierto es que cuando se realiza esfuerzo físico escupir ayuda a eliminar mucosidades que entorpecen una correcta respiración y resulta de gran ayuda a la hora de extraer elementos no deseados (véase tierra, polvo o incontables bichitos) que puedan haberse introducido en la boca sobre la marcha. Por el bien de nuestros compañeros, sobre todo de los que ruedan detrás nuestro, es muy aconsejable escupir siempre con prudencia y vigilando que nadie reciba una ducha no deseada. La mejor forma de escupir es hacerlo siempre apuntando bajo el brazo, derecho o izquierdo, sin soltar el manillar para ello.
  • 4. Los mocos al pañuelo: Es muy común encontrar dentro del grupo de ciclistas alguna persona que tenga la manía de ir lanzando mocos a diestro y siniestro. Si bien escupir puede ayudar a eliminar mucosidades y mejorar la respiración, lanzar mocos por la nariz es una acción mucho más desagradable y, por tanto, no aconsejable. ¿La mejor opción? Un pañuelo de papel. A nadie le gusta observar mucosidades ajenas de colores variopintos.
  • 5. Recoger los desperdicios: A lo largo de una salida ciclista, vamos haciendo uso de diferentes objetos u alimentos (barritas, bocadillos, geles, pañuelos, etc...) que van generando poco a poco una considerable colección de desperdicios. Nuestra basura es sólo nuestra, y por ello debemos ir guardando el pequeño contingente de basura hasta poder deshacernos de la misma en el lugar adecuado.
  • 6. Ayudar en la medida de lo posible: Algo también común durante una salida en bicicleta es encontrarse con algún ciclista, ya sea de nuestro grupo o desconocido, parado en mitad de ninguna parte con algún problema sin resolver. Un buen ciclista nunca debería dejar a otro tirado, por lo que es muy loable ofrecer la ayuda necesaria a cualquier persona que pueda necesitarla. Un parche, una cámara, alguna herramienta específica o simplemente un trago de agua puede ser la salvación de cualquier persona con problemas, incluidos nosotros mismos un día u otro.

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