En una de las más empinadas calles de Trondheim, la tercera ciudad más poblada de Noruega, encontramos un curioso elevador que ayuda a los ciclistas noruegos a superar fácilmente una de los ascensos más difíciles de este núcleo urbano. El CycloCable, nombre que recibe este práctico mecanismo, consiste en una plataforma que, previo pago de un módico precio, empuja a los ciclistas rampa arriba hasta coronar la cima urbana sin mayor esfuerzo que el de mantener ligeramente el equilibrio. Sin duda, un invento muy curioso que vale la pena ver en funcionamiento.
